miércoles, 10 de agosto de 2011

Placer.

Había sido un día muy bueno,  un rico sol, un día relajado. Llegue temprano a mi casa.
Puse un poco de música y me recosté en la cama, con las ansias de que llegaras para aplacar la soledad que se respiraba.

La música sonaba de fondo, puse atención en una voz que se escuchaba a lo lejos, no quise abrir mis ojos por miedo a perder el agradable momento, pero su voz seguía retumbando y cada vez más cerca.
Solo pude distinguir que me decías; - “No abras los ojos por ningún motivo”.

Mi corazón comenzó a acelerarse a medida que podía escuchar tu respiración más cerca de mí.
Yo solo me deje llevar. Llego a mi lado, sentía como me observaba, como recorría con la vista mi cuerpo. No pronuncie palabra para no arruinar el momento.
Solo sentí sus labios posándose en los míos, y su lengua recorriendolos lentamente. Eso produjo un fuerte temblor en mi cuerpo.

Vendo mis ojos, con un paño seda, estaba dispuesta a hablar, y acerco su dedo a mi boca y  dijo; - “No te preocupes mi amor, dejamelo todo a mi”.  
Yo ni tonta ni loca, acepte y me relaje por completo en la cama. Sentí su cuerpo encima del mío y el calor de su piel encima de su ropa, comenzo a susurrar lo rico que se sentía tenerme a su plena disposición, lo excitante que era el momento.

Comenzó besando mi cuello lentamente, sus labios y su lengua hacían un muy buen trabajo, sentía como bajaba lentamente por mi cuello, y sus manos desabrochando la blusa que llevaba puesta. Lentamente rozo su lengua en uno de mis duros pezones mientras que con la mano acariciaba el otro pecho.
Yo entregada a la vida!!! Mordio, beso, acaricio, chupo y lamer mis pechos sin compasión alguna, mi cuerpo comenzaba a sudar y a temblar con cada acción de su parte. Tratando de ocultar mis ansias de que el siguiera bajando lo antes posible.

Bajo lentamente al ver mi desesperación, su lengua recorrió mi abdomen hasta llegar a mi pelvis, yo solo llevaba puesta ropa interior para ese momento.
Su lengua comenzó a explorar por encima de la pantaleta. Lo sentí alejarse y comenzar a quitarla lentamente. Dejando mi sexo expuesto al aire y a su vista. Con sus dedos comenzó  a explorar cada superficie, acariciando cada pliegue.

Mi calor corporal ya estaba por las nubes y la humedad de mi entrepierna se hacia notar.
Acerco su lengua y comenzó a frotarla en mi clítoris sin compasión. Su lengua jugaba con ese botoncito rosado, que provocaba cada vez más espasmos en mi cuerpo. Con sus manos comenzó a hacerse paso abriendo los pliegues que se formaban hasta llegar al centro de mi sexo. Que en ese momento estaba caliente, humedo y palpitante. Bajo con su lengua y recorrió todo el contorno. Podía sentir como su boca se saboreaba y disfrutaba de su sabor, su respiración agitada me hacia sentir que al igual que yo estaba deseoso de seguir explorando.

El disfrutaba tanto como yo cada movimiento. Su lengua entrando y saliendo, El calor aumentaba y mi extasis ya se hacia notar, yo solo le pedía que siguiera, cada languetazo, cada chupada que el realizaba en mi sexo, me hacia ver las estrellas.
Mi sexo ya no daba más y mis ganas de poder demostrar mi éxtasis no se hacían esperar. Mis gemidos comenzaron a ser más acelerados y fuertes; y su lengua entraba y salia, recorría y recorría cada pliegue con más entusiasmo.

No daba más y mi cuerpo se retorció y del fondo de mi ser un gemido que dejo más que claro que ese momento había sido sublime.
Quede rendida en la cama, sin poder decir palabra. Estuve un rato quieta pero de pronto sentí que ya no estabas ahí, abrí mis ojos y la venda no estaba… la música seguía sonando de fondo y la casa seguía vacía.
Yo estaba con la blusa y la pantaleta puesta, mi entrepierna humeda y mi cuerpo sudando, fue entonces cuando me di cuenta que solo había sido un caluroso sueño. 

¿Que opinas?